La semana pasada hemos aprendido que no toda la gloria en el mundo del deporte se la llevan las victoria. Las derrotas del Real Madrid en Copa del Rey frente al Barcelona, la de la Selección absoluta de Balonmano en el Europeo y la de Rafael Nadal frente a Djokovic nos muestran que no todo en la máxima competición es blanco o negro.
Empecemos este repaso a derrotas gloriosas por la más antigua en el tiempo. El pasado miércoles el equipo de Mourinho llegaba al Camp Nou prácticamente eliminado de la Copa y con las aspiraciones de no caer derrotado por una gran cantidad de goles.
La primera media hora cambió radicalmente la eliminatorio y se vio un Madrid combativo que luchó de tú a tú con el mejor equipo del mundo. A pesar de la mala suerte de encajar dos goles en los dos únicos disparos culés, el equipo de Mou se echo las adversidades a la espalda y acabó empatando el duelo y mereciendo algo más.
Tras este bonito duelo futbolístico, parecía que los blancos, a pesar de caer eliminados, eran los vencedores morales mientras que Guardiola tuvo que alentar a los suyos para que no cayeran en el desánimo. El fin de semana ha cambiado los papeles de ambos conjuntos hasta el punto de que el Madrid cuenta con 7 puntos de diferencia sobre su máximo rival.
La pregunta es clara para los aficionados cules: ¿Es mejor las semifinales de Copa o tener siete puntos de diferencia con el Madrid?. Recordemos que la temporada pasada, desde la ciudad condal se mandaron multitud de críticas hacia la parroquia blanca por la celebración del llamado "título menor".
Por otra parte, la segunda derrota que nos ha caido en desgracia durante la semana pasada es la cuarta plaza que consiguió el balonmano español en el Europeo absoluto que se ha disputado hasta el domingo en Serbia.
El conjunto de Valero Rivera fue de más a menos en la competición, pero llegó a pelear en semifinales con los todopoderoros daneses que solo fueron capaces de ganar por la mínima a la lucha y el sacrificio de los españoles. La selección se encuentra en plena fase de renovación por lo que estas semifinales muestran el camino a seguir de cara a la clasificación para los JJOO de Londres, donde cualquier cosa puede suceder.
La última, pero no menos brillante derrota. fue la de Rafael Nadal frente al número uno del mundo Novak Djokovic en la final del Abierto de Australia. El tenista de Manacor desarrolló su mejor tenis posible y a punto estuvo de derrotar al genio serbio.
Nadal luchó cada punto, sudó cada gole y fue el orgullo de todos los españoles a pesar de caer derrotado. Poco le faltó pero daba igual el ganador, había "dos vencedores" como dijo Djokovic al concluir la final más larga de la historia de los Grand Slam.
Borja Méndez