miércoles, 30 de mayo de 2012

Los ciclistas como el vino: con el tiempo mejoran

Siempre se dice que con la edad todo mejora. La experiencia que no tienes en la juventud te permite no ser tan impulsivo, hacer un diagnóstico de los problemas y finalmente poder afrontarlos de mejor manera. Esto sirve para la vida pero sin embargo, en el mundo del deporte, físico, la plenitud en muchas modalidades va descendiendo al filo de los 30 años.

A partir de la treintena, los jugadores tanto de fútbol como de baloncesto bajan sus capacidades físicas y tienen que mejorar otras cualidades para adaptarse a los nuevos tiempos. Sin embargo, en otros deportes como el ciclismo los treintaañeros son los triunfadores de las grandes vueltas. La temporada pasada, los vencedores de las tres grandes rondas tenían más de 30 años (Scarponi 32, Cadel Evans 35 y Cobo 31 años).

Con la primera gran ronda finalizada, estas reflexiones vuelven a la palestras gracias a la gran carrera que realizó uno de nuestro "treintaañeros de lujo": Joachim 'Purito' Rodríguez. El ciclista catalán tuvo la mala suerte de perder el Giro de Italia por 16 segundo frente al canadiense Ryder Hesjedal.

Purito apuró sus opciones hasta el final pero sucumbió en la contrarreloj por una de las diferencias más pequeñas de la historia de la ronda italiana. El consuelo del escalador español es su victoria en la clasificación de la regularidad y dos etapas.

El apodo de Joachim tiene detrás una historia curiosa y que se remonta al año 2.001 cuando pertenecía al equipo ONCE de Manolo Saiz. El ciclista catalán en un entrenamiento durante la concentración en El Bosque (Cádiz) durante la ascensión a un puerto con Jalabert y otros miembros importantes del equipo escenificó un ataque simulando que se fumaba un puro para evidenciar que iba sobrado de fuerzas. Ese fue el nacimiento de Purito.

Joachim es uno de los privilegiados corredores que han sido ganador de etapa en las tres grandes vueltas, gracias a las dos conseguidas en esta edición del Giro. Su historia suma y sigue, más maduro, y como los vinos: con el tiempo mejoran.

Borja Méndez

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