Siempre se ha comentado mucho el 'fondo de armario' de cualquier equipo en cualquier deporte. Este armario puede ser de diversas formas, desde jugadores de segundo nivel que no completan la calidad del equipo titular, hasta canteranos que con el paso del tiempo pueden formarse y pasar a ser importantes. También hay casos donde casi no se aprecia la diferencia entre los titulares y los reservas.
Los jugadores siempre intentan salir de este armario y poder ser estrellas en el equipo titular y no hundirse para llegar a ser segundas, terceras e incluso cuartas opciones en algunos casos. En estos momentos un jugador español, tiene toda la pinta, de que lo va a pasar mal porque poco a poco se sumerge en la oscuridad del banquillo.
Este es el caso de Rudy Fernández. Rudy vive inmerso en una montaña rusa deportiva. Terminó la temporada pasada en el equipo campeón de la NBA, en Dallas, donde se las prometía felices con declaraciones en las que podía llegar a ser titular. Tras esto, se dio paso al Lockout y fue vendido a Denver.
Debido a la cierre temporal de la liga americana, Rudy desembarcó en Madrid para disputar los tres primeros meses de competición con el conjunto blanco. Con el inicio de la temporada americana, el alero español demostró que estaba más rodado que el resto y tuvo un comienzo notable.
Posteriormente tras unos meses de bajón en sus estadísticas, Rudy cayó lesionado hasta que hace una semana confirmaba su regreso a las canchas. Por si fueran pocas complicaciones, el alero español se ha visto relegado al fondo del banquillo debido a la vuelta al equipo de Wilson Chandler.
Con unos Juegos Olímpicos por delante, Rudy tiene la difícil papeleta de volver a ser el sexto hombre de los Nuggets y salir de las penumbras del armario donde poco a poco se encuentra más al fondo.
Borja Méndez