Aún es pronto, cabe resañar pero la última jornada de Liga de Campeones ha traido un saco de disgustos para los "supuestos" grandes clubes europeos.
En el grupo A, el "multimillonario" City no ha podido doblegar a un equipo como el Nápoles que volvía a la máxima competición continental tras casi más de dos décadas. En el otro partido del grupo, el Bayer doblegó con menos esfuerzos de los previstos a nuestro "submarino amarillo".
En el grupo B, la sorpresa con mayusculas fue la derrota por la mínima del Inter en casa contra el Trabzonspor turco, rival que el Athletic dejo escapar vivo en la fase previa de la Europa Ligue. En el otro encuentro disputado ayer el campeón francés, el Lille empató a dos contra el CSKA, que fue capaz de igualar los dos goles galos.
En el grupo C, el United no fue capaz de vencer en Portugal contra un renovado Benfica que logró un meritorio empate contra el finalista de la pasada edición y pudo llevarse más premio.
En la línea de este sufrimiento de los grandes clubes europeos, el Real Madrid sólo pudo ganar por la mínima a un Zagreb guerrero que tuvo en su portero al líder espiritual que logró salvar todo tipo de situaciones, con manos, pies y reflejos de gato.
La fase de grupos acaba de comenzar pero los grandes clubes no han respondido en la primera jornada, si el Barcelona fue capaz de dejarse empatar en el primer día de competición el Madrid no supo rematar a un débil equipo debutante en la máxima competición europea.
Borja Méndez
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