El próximo viernes a las 20.45 el cruce de cuartos de final de la Eurocopa entre Alemania y Grecia será algo más que un partido de fútbol. Tanto en el aspecto futbolístico como en el político el país germano tiene más poder que los griegos pero en una eliminatoria todo puede pasar.
Desde que en el año 2010 la Unión Europea tuvo que rescatar la economía del país heleno, Alemania ha lanzado una soga al cuello de los ciudadanos griegos que ven como las medidas de austeridad acaban con los pocos derechos que tenían hasta el momento.Pero ha llegado su momento. En Gdansk se juega más que un partido de fútbol. Los griegos tienen ganas de revancha, ganas de acabar con la posibilidad alemana de coronarse en Europa en algo que no sea la política.
Grecia sueña con repetir la hazaña de 2004 donde logró tumbar a todos los favoritos y alzarse con el trofeo ante Portugal en tierra lusa. Por su parte, Alemania tratará de terminar con la hegemonía de España en las últimas grandes citar y coronar a una generación de excelentes jugadores comandada por el genial Ozil.
La canciller alemana Angela Merkel a buen seguro que verá el partido en clave política. Mientras que Irlanda y Portugal han aceptado de buena gana los grandes intereses que han supuesto el rescate a ambos países, los griegos, cuna de la civilización, se han rebelado y no han aceptado las duras peticiones que vienen desde Alemania.
Los alemanes tiene más que perder que los griegos que en la anterior cita europea no pudieron sumar ni un solo punto. En clave futbolística, los germanos tienen mucho más potencial que la débil Grecia que tiene que tirar de orgullo patrio para poder plantar cara al bono alemán. David frente a Goliat. El bono alemán contra un bono basura. Será algo más que fútbol.
Borja Méndez
