Hay un proverbio árabe que dice: "No hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio". ¿Habrá pensado Mou en esta frase tras el encuentro con el Villareal?. Parece que sí.
Lejos de la actuación arbitral que NO influyó en el resultado final del partido, todos los miembros de la expedición madridista salieron de El Madrigal cabreados y con ganas de rajar. Esa es la verdad que sucede a todos los seres humanos, tanto altos como bajos y culés como madridistas.
Recordemos las palabras de Piqué tras su expulsión: "Ha sido premeditada". Quizás el club blaugrana hubiera preferido que el central no hablará después de su controvertida acción. Esa decisión es de la comunicación del club.
No apoyo para nada la medida del Real Madrid pero la entiendo. El club blanco es una empresa y lo mejor para ella es el silencio antes de una rajada que pueda causar más daño a la ya maltrecha elegancia del equipo de Chamartín.
También se puede considerar que los miembros del equipo blanco podrían haber controlado sus manifestaciones depués de un partido que no fue desquiciado por lo que sucedió sobre el campo de fútbol. La ley del silencio impuesta por Mourinho no puede continuar más. Entiendo que no salieron para no rajar, para no dejar titulares, para no dar carnaza a la prensa catalana pero ahora es el momento de pasar página.
Es el momento de ser cínicos, de responder con elegancia a las preguntas sobre el árbitro, de sonreir a pesar de que no te guste la pregunta, de alabar a los jugadores aunque no tenga calidad suficiente. Es mejor jugar con la prensa a que la prensa juegue contigo.
Borja Méndez