Este nuevo título de la selección española no lo hemos celebrado como se merece una victoria de esta magnitud. La gente simplemente ha pensado que España ha hecho su trabajo revalidando un título que, casi, tenían en sus vitrinas antes de jugar.
A pesar de ello, la calidad del combinado nacional se ha impuesto por bastante al resto de selecciones. Lás únicas manchas en el camino del equipo español podrían ser los encuentros frente a Portugal y Croacia aunque por distintas razones.
Portugal fue el verdadero rival para España. Si la suerte hubiera caido del lado luso Cristiano Ronaldo tendría toda las papeletas para llevarse el Balón de Oro. Pero los penaltis y Casillas frenaron las aspiraciones portugesas y dejaron fácil el camino para la tercera Eurocopa de España.
La final contra Italia fue etiquetada de forma peligrosa por la prensa, pero no por los jugadores que estaban convencidos de sus posibilidades. España se comió a la selección azzura desde el principio hasta el final del partido.
El tempranero gol de Silva facilitó el camino español ya que un empate podría suponer demasiada ansiedad para el conjunto de Del Bosque. Sin embargo, todo venía de cara para el equipo ya que al filo del descanso el cohete Jordi Alba certificó la victoria cuando más duele.
En la segunda parte el equipo español se gustó y realizó un fútbol exquisito, para todos los gustos, dejando un buen sabor de boca a los aficionados al deporte rey. El nombramiento de Iniesta como mejor jugador del Europeo es algo simbólico. Nadie ha destacado a nivel individual, han vuelto a dar significado a la palabra equipo.
Borja Méndez